EL FUTURO DE NUESTRAS PENSIONES
En este mes, Octubre, como todos los años, muchas personas habituales a realizar deporte, nos hemos encontrado en las piscinas públicas cubiertas de Gobela de Getxo, los tradicionales cursos de aprendizaje de natación de los escolares.
Concretamente, provenientes del "Colegio Público Romo" de Getxo. Aproximadamente, unos 30 chavales. Un par de clases de tercero de Primaria modelo “B”, es decir, enseñanzas al 50%, con edades de 7 a 8 años.
Este curso, nos ha llamado la atención a los “usuarios piscineros”, el color de la piel de estos niños. Evidentemente, no porque seamos racistas, simplemente, las características de sus rasgos, indicando claramente su procedencia. La mayoría, por no decir, todas ellas, originarias de Sudamérica. La verdad, es que no hemos sido capaces de distinguir, a ningún nativo.
En seguida, te das cuenta que ocurriría con estas dos clases completas, si sus familias no hubieran emigrado forzosamente al País que les “descubrió” hace más de 500 años.
Estos alumnos, seguramente, ya nacidos, o, tal vez, venidos con corta edad, ya son nacionales. Los monitores enseñantes, se dirigen a ellos, con explicaciones en los dos idiomas. Preguntados por su vida colegial, la contestación ha sido unánime y positiva, demostrando que su integración escolar, es un hecho en un corto plazo.
La influencia obvia, que tendrán en el futuro, será crucial y vital para las generaciones que se irán jubilando con las cotizaciones de estos jóvenes que a buen seguro, ya enraizados a esta tierra, ocuparán los puestos de trabajo, con cada vez mejor preparación educativa.
Es verdad, que tienen el hándicap cultural y que el gasto en enseñanza es muy inferior al de dónde proceden sus familias, pero estamos convencidos que evolucionarán, ellos y sus familias con el tiempo, hasta conseguir el mismo nivel que los demás compatriotas.
Nos alegramos mucho, viendo y observándoles como progresan en este aprendizaje, como cualquier chaval normal de este País. Razón, por la que hay que recibirles con los brazos abiertos, ayudándoles en su integración, incluso, egoístamente. Después, los “matrimonios” de todo tipo, vienen arrastrando una apatía que se perpetúa, con cada vez más asiduidad. Además, hace mucho tiempo, que se ven estas patologías y no han sido atajadas con políticas de apoyo, debidamente realizadas por los Gobiernos de turno, ni tampoco las circunstancias laborales ayudan para ello.
Por tanto, no son las idóneas para tener hijos suficientes para sustituirnos en ese Futuro pensionista y alguien, simplemente, debiera observar igual que nosotros, lo que ocurre a su alrededor. Tal vez, los planteamientos políticos lógicos deberían ser los que favorecieran la natalidad de nuestros jóvenes.
Afirmar que esto debiera ser así y después, en la práctica, se beneficia al de siempre, con Leyes que abundan en lo contrario. Unos horarios imposibles, sueldos pírricos que se alargan como los anteriores. Un abuso constante, permitido y legalizado por los mismos hipócritas que hablan de “conciliación familiar”.
En definitiva, para cuando alguno de ellos, quiere hacer un proyecto de vida, ya se ha hecho mayor y sigue sin poder aportar una seguridad económica y laboral. Esa incertidumbre, les hace pensar que lo de formar una familia será muy complicado y las consecuencias son las actuales. Una opresión innecesaria permanente, una vida indigna y escasamente ilusionante, produciendo un presente y un futuro muy desgraciado.
Es un hecho demostrado y estos muchachos que protagonizan esta entrada con sus “espaldas morenas mojadas”, son el Futuro y deberíamos cuidarles para que no se “ahoguen” y aprender de ellos en la superación de permanecer a flote a pesar de la dureza de marcharse de sus lugares de origen.
Esta vez, no tendrán que pasar el río Bravo, como aquellos desesperados mejicanos. Simplemente, aprenderán como un getxoztarra más, a nadar en un polideportivo, curiosamente, con el nombre de otro río, llamado Gobela, pero en circunstancias muy distintas para suerte de todos.
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