UNOS ASEOS INSALUBRES E INDESEABLES
Hace ya bastante tiempo, venimos observando los aseos situados cerca de la “Playa de la Bola”, en los comienzos del barrio residencial y por antonomasia: "NEGURI".
Como paseantes habituales de este excelente mirador del Abra, vemos que el abandono de estos servicios públicos es la enésima potencia de una dejadez demostrativa de un Ayuntamiento que se jacta de: "PUNTERO", y, sobre todo, de "MUY RICO".
No es para menos, los "excelentes ahorros energéticos" ya pregonados por el medio de comunicación municipal (EXCLUSIVO DEL PNV GETXOTARRA: “GETXO-LANDA”) de ese "mamotreto incultural e insultante" por tantas MENTIRAS emitidas, publicadas y demostradas, nos hace seguir denunciando todas las engañifas de estos individuos.
Como decíamos, el contraste de unos “aliviaderos públicos” en un Municipio como este, nos hace compararlos con otros que se sitúan en Gorliz, en el Paseo tan espectacular que corre paralelo a la playa.
Por lo pronto, si vamos por la noche, las luces están encendidas permanentemente, viéndose al completo las instalaciones. Lo puede comprobar cualquiera. Además sus urinarios de los hombres están equipados para el mal olor y las bacterias que pudieran generarse.
Ahora, hagan el paralelismo con el “nuestro”, también comprobable para cualquiera.
Luces inexistentes, "¿tal vez, estén ahorrando para pagar las facturas últimas de esos cajones municipales tan escondidos ?" Un olor pestilente, consecuente en el doble sentido y por tanto una nula salubridad en las instalaciones. Por suerte para nosotros, los hombres, podemos hacerlo de una manera “intocable”, siempre que sean aguas menores. Pónganse en el lugar de las mujeres en general, además de ser mayores.
Hemos visto a varias irse, sin realizar sus necesidades, ante tal vergonzosa infraestructura municipal. Eso sí, ni gota, ni gota de ganas de utilizarlos, aunque nunca se sabe si lo tuviéramos que usar obligatoriamente, si el apretón no te dejara llegar a casa. Ahora que están promocionando la campaña de limpieza de los dueños de los perros y su recogida de las calles, a lo mejor debieran de comenzar con otra, en las que se permitiera hacerlo a las personas ante su pasividad tan manifiesta.
La sensación que se tiene, es que entras en una cueva de esas que acaban de descubrir en Lekeitio, pero sin pinturas rupestres, aunque algunos de ese “Equipo de Gobierno” muchas veces hemos creído que permanecen en sus puestos desde el “Paleolítico”.
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