¿NOS MERECEMOS ESTOS POLÍTICOS?

           NOS ROBAN PORQUE LO PERMITIMOS

Lamentablemente debemos afirmarnos en esta pregunta, de manera contundente y autocrítica. Hace ya algún tiempo que esta cuestión era debatida en otro lugar. Concretamente, cuando nuestros hijos empezaron a ir a la Escuela. Como Padres, al principio, neófitos, participamos en muchas iniciativas a las que nos requirieron y después, con alguna experiencia, a otras tantas que consideramos oportuno, también hacerlo.

Aunque, lo que más nos llamaba la atención, era el “pasotismo general” de una gran mayoría de nuestros compañeros de sufrimiento. Los mismos Padres.

   Era muy desesperante e impotente ver y observar a familias que perseguían y decían tener iguales fines, queriendo que nuestros hijos tuvieran la mejor enseñanza, pero luego a la hora de echar una mano, no encontrabas prácticamente, a nadie.

   Para las dos únicas cosas que se “movían algo”, no mucho, era cuando tenían problemas con profesores determinados y para las Actividades Extraescolares. Entonces, las protestas y su interés momentáneos, comprendían egoístamente lo que siempre les decíamos.

Lo que ocurría, más pronto que tarde, es que las aguas volvían a su cauce. Otra vez, las cosas estaban como al principio. Cada uno en su casa y pasando de todo.

Las mismas disculpas cuando les tratabas de “enganchar y convencer” del error que cometían: “No tengo tiempo, además, no entiendo de estas cosas…”
 
   Como si los pocos que intentábamos cambiar las formas, comprendiéramos algo. Nosotros les decíamos que era lo de menos y que solamente hacía falta: tiempo, entusiasmo, colaboración y aprender participando en todo lo que fuera a favor de nuestros hijos. Ese, era nuestro motivo principal como Padres, a la hora de contribuir de la mejor manera.

El desinterés y la apatía reinante dominaban en el momento de dar pasos en PARTICIPAR y empujar decididamente.

Sin olvidar nunca, nuestra OBLIGACIÓN en la exigencia y cumplimiento de una CALIDAD DE ENSEÑANZA. Objetivos que no llegaron a verse, porque los Padres estuvieron “desaparecidos”.

    Echamos toda la culpa (nos incluimos) a “nuestros representantes”, manifestando nuestro enfado y frustración de lo mal que lo están haciendo. Aportando ideas e iniciativas diferentes que podrían presionarles a la hora de un cambio real de la Política actual, pero al final, lo más importante es nuestro convencimiento en la necesidad de interesar e implicarnos muchísimo más de lo que lo hacemos. Es decir, aumentar LA CALIDAD DEL CIUDADANO, como si fuera la misma exigencia final de los Padres en la Educación.

Todo aquello nos ha hecho reflexionar del modo más objetivo y crítico que hemos podido. Toda esta experiencia que adquirimos por convencimiento propio, por haberlo vivido antes, nos hace reafirmarnos en la misma teoría. Tanto vale para la Educación de nuestros hijos, como para la Política, comprobamos que volvemos a sacar la misma conclusión:”SOMOS CULPABLES Y NOS LO MERECEMOS”