Parece que la nueva urbanización de la calle Kresaltzu está casi resuelta, a tenor de haber sustituido en primera instancia del orden de algo más de 30 bancos en escasamente 125 metros. Cuando los colocaron, la gente no salía de su asombro y nos preguntamos si los próceres ediles nos veían muy cansados. Luego supimos que se iban a sustituir después de las Fiestas, por 8 piedras rectangulares, unos maceteros de madera cuadrados con sus respectivas plantas y unas farolas estilizadas y sencillas, dicho sea de paso, lo mejor de la vía y ya instaladas. Nos imaginamos que después colocarán las consiguientes papeleras y soterrarán los contenedores de la esquina. La verdad, no sabemos de qué material exactamente, están hechas esos “asientos” tan fríos desde el punto de vista, estético y práctico, ¿tal vez, del famoso hormigón getxotarra? Al menos, podrían haber dejado otros tantos de los que habían colocado. A cambio, no sabemos, si por despecho, ante la protesta de los vecinos, nos colocan esos bancos, que nos recuerdan a un ataúd. Esperemos que no sea una premonición y terminen con el espíritu de este barrio.
Ya sabemos que son los mismos que pusieron en su momento, en los alrededores del “Mamotreto Godzilla Arregi”, todo esto haría un conjunto urbanístico que según ustedes, recordarán a los “Acantilados de La Galea”.
Desde luego, a nosotros, cuando entramos en esta travesía y observamos su "OBRA CUMBRE" de Romo, nos produce una sensación de querer introducirse en un zapato dos o tres números inferiores, agobiado, apretado y sobre todo, atiborrado. Imposible de encaje. En definitiva, dejen de engañarnos con metáforas tramposas.
Nunca tendremos esa sacudida del mar, el viento soplando por esa abrupta costa nuestra. Ustedes, sin embargo, parece que tienen una gran imaginación, pero seguramente será porque no lo tienen que verlo todos los días de su vida, o quizás, no hayan paseado muchas veces por esos quebrados tan queridos por muchos habitantes de este Municipio, dónde los grandes espacios mezclados con las vistas extraordinarias marinas son también obras, pero naturales y que no se suplantarán jamás absolutamente por nada, ni por nadie.
Al menos, el mobiliario urbano, como ha quedado demostrado, se puede sustituir o cambiar en cualquier momento. No parece que recuperaremos esas 25 plazas de aparcamiento, junto a las de "carga y descarga". Es muy fácil hacer urbanismo, a costa de degradar al vecindario y hacerles pagar en innumerables ocasiones el mismo servicio, además de unas responsabilidades totalmente ajenas a ellos. Se les olvida, muy a menudo, el por qué están ahí. Debieran pensar más en los habitantes de este barrio y no "hacer la puñeta" continuamente a los mismos.
Pero lo peor es lo que emerge ante nuestros ojos, nada más salir de Kresaltzu, parece que se nos va a caer encima con toda su mastodóntica figura. Ese “Mamotreto” tan tremebundo, acorde con la “urbanización de la zona”. Desgraciadamente, un aire con herrumbre, para nada, proveniente de La Galea inunda de VERGÜENZA, la vieja Plaza de las Escuelas, como al resto de Romo.
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